Para romper con un eventual estancamiento legislativo sólo se requiere diálogo y unidad en torno a lo que demandan los mexiquenses. Así lo entiende el Coordinador de la bancada priísta Elias Rescala Jiménez y no se prestará a los dimes y diretes que se traen entre Morena y el PAN.
Muy al margen de la alianza legislativa que pueda existir, lo realmente cierto es que en medio de un tiroteo de declaraciones nadie con sano juicio podría abonar a más desatinos. La sensatez debe de venir por los diputados Maurilio Hernandez y Enrique Vargas.
De lo contrario como lo advertimos párrafo arriba se vendrá un pasmo parlamentario que a nadie conviene. Iniciativas congeladas o falta de quórum en las comisiones no se necesitan en este momento.
Si en alguien cabe la prudencia ya se notó que existe ruta sobre las prioridades legislativas. Como debe ser en torno al presupuesto del próximo año.
—————
La graciosa aparición de dos personajes del sexenio pasado. Uno cenando en restaurante de lujo en México y otro en uno de los más paradisíacos destinos turísticos como es Roma hacen suponer claramente que existe incongruencia entre lo que se vocifera y lo que se hace.
Por orden de anécdota, su presencia pública tanto de Emilio Lozoya como de Enrique Peña Nieto en esos lugares solo estremecen las redes sociales pero no las redes de complicidades que tienen con el gobierna federal en turno.
Solo quedarán en cortinas de humo las advertencias de la fiscalía sobre fincar responsabilidades a ambos por el caso Odebretch y sus aportaciones. Solo saldrán a relucir una vez más cuando la
popularidad del régimen en turno se venga abajo.
————-
Ya lo adelantaba en su momento el diputado federal Gustavo Cárdenas Monroy; después de la Ley de Ingresos viene la discusión del Presupuesto de Egresos 2022 y finalmente la discusión de la reforma eléctrica.
No hay otra ruta y manejando los tiempos con mayor oficio político así está pintado el panorama. De tal suerte que en tribuna veremos mucho más para defender los recursos que le tocan al Estado de México y con ello sesiones de madrugada por el jaloneo.
En la contrarreforma presidencial pasaremos de aquella frase “que no se le quite ni una coma” a permitir ajustes en esta iniciativa donde el Estado pretende el control insospechado de la generación y distribución del recurso.