Columna-opinión
La Cámara de Diputados debe concluir esta semana el proceso de integración de comisiones legislativas y deberá ser aprobado en la próxima sesión ordinaria. De hecho en las próximas horas se reúnen los jefes de bancada para seleccionar a sus mejores cartas que pondrán sobre la mesa.
Los que se perfilan en algunas de las 51 comisiones son Alejandro Moreno Cárdenas (Alito) en la de Gobernación y Población, Ana Lilia Herrera en la de Derechos de la Niñez y la Adolescencia, Yeidckol Polenvsky en la de Asuntos Politico Electorales.
Seguramente, muchos levantarán la ceja ante la decisión de poner a Alito en esa Comisión que tiene competencia en la estructura de la administración pública federal, las necesidades del Congreso y la coyuntura social y política del país.
Su principal tarea es contribuir a garantizar la integridad, estabilidad y permanencia del Estado mexicano. Es decir la GOBERNABILIDAD y eso implica una estrecha relación con los gobernadores. TODOS los gobernadores.
Lo que es prácticamente curioso es la eventual llegada de la montielista Ana Lilia Herrera a la comisión antes mencionada cuando el perfil de Laura Barrera Fortoul es mucho más afín a los derechos de niños y adolescentes tras su paso por el DIF nacional en el sexenio pasado.
De reciente creación, la de Asuntos Político Electorales corresponderá a la ex dirigente nacional de Morena, quien no desiste en su obsesión de llegar a la candidatura del 2023 en el Estado de México mientras el Grupo Texcoco se confronta.
Por otra parte y no cosa menor es la integración del Comité de Administración que se encarga de los recursos financieros de la Cámara de Diputados y de los grupos parlamentarios. La única mujer que lo integra es la diputada priista Cristina Ruiz.
También lo que es muy claro es que a los diputados mexiquenses del PRI les llegó mucha competencia entre ex gobernadores, ex secretarios de Estado y dirigentes nacionales del Partido para definir las presidencias de las comisiones.
